La aplicación de una dirección estratégica le permite a la Organización conocerse a sí misma y conocer su meta, los pasos para alcanzarla, los recursos que necesita y quién los tiene, el entorno en el que se encuentra y los riesgos a los que se expone.
En la literatura relacionada con las ciencias empresariales, existen numerosas definiciones de dirección estratégica, a partir de la diversidad de enfoques y puntos de vistas que se poseen sobre el tema. La definición que se tomará como referencia basada en la revisión bibliográfica y la experiencia profesional de los autores de este trabajo es la siguiente:
Es un enfoque de dirección proactivo, orientado a la elaboración, implementación y control de un conjunto de acciones que conducen a la Organización hacia el logro de la meta definida, articulándola con el entorno en el que se desempeña y apoyándose en la motivación y compromiso de todos los actores que interactúan.
Para aplicar la dirección estratégica en nuestras organizaciones es imprescindible desarrollar en sus directivos un pensamiento estratégico que le permita visualizar el futuro de su negocio. En este sentido los planes de capacitación juegan un papel fundamental, ya que los mismos deben poseer acciones que contribuyan a desarrollar un enfoque estratégico a la hora de proyectar el desarrollo organizacional y un cambio de mentalidad acorde con los tiempos actuales.
Para implementar exitosamente la dirección estratégica debes tener en cuenta las siguientes etapas que la componen:
Pensamiento Estratégico: En esta primera etapa debemos desarrollar en todos los miembros de la alta dirección, una visión integral sobre el futuro de la empresa desde el punto de vista holístico, donde reine las ideas de avanzada, la creatividad y las ansias de prosperidad de la empresa. Generar espacios de análisis y debates colectivos sobre escenarios futuros, escuchar las opiniones de los implicados y propiciar un ambiente colaborativo son pilares fundamentales de esta etapa.
La planeación estratégica es una de las etapas de la dirección estratégica que permite concretar los pensamientos e ideas de mejora en una planificación de carácter integral, orientada a la definición de una visión, con los objetivos y acciones a desarrollar para materializarla, basadas en una análisis interno y externo de la Organización y los valores conductuales que deben poseer sus miembros, así como las relaciones que se establecerán con cada uno de los implicados y la identificación de los riesgos a los que se expone en el cumplimiento de la meta definida.
Implementar las acciones que fueron acordadas en la planeación estratégica, es la etapa de la dirección estratégica que permite aplicar, ejecutar, hacer cumplir, concretar, materializar lo aprobado. A juicio de varios autores, esta etapa que se caracteriza por “hacer” lo planificado, en muchas ocasiones no se pone en marcha, por lo que no se pueden palpar los beneficios de la planificación estratégica y por lo tanto genera un efecto de escepticismo en los directivos y miembros de la Organización que la ven como una rutina y por demás infructuosa.
El control estratégico es la etapa que permite verificar la implementación de la planeación estratégica y evaluar el estado en el que se encuentra la Organización con respecto a la meta definida, para ello se apoya en el monitoreo de un conjunto de indicadores estratégicos que poseen sus respectivos criterios de medida, lo cual permite ratificar la salud de la estrategia aprobada, tomar acciones tanto correctivas como preventivas, incluso cambiar aspectos de la planificación en caso requerido, demostrando así el carácter dialéctico de la dirección estratégica.
Si deseas dirigir estratégicamente tu empresa, debes respetar e implementar cada una de estas etapas con un estilo de ciclo de la mejora continua.
¿Te atreves a dirigir estratégicamente tu empresa? .
Comments